Por unos meses me retiro.

Me adentro en la cueva, en conexión con mi hija.

Le doy la bienvenida y preparo mi cuerpo para nuestro encuentro al otro lado de la piel.

Ella llega en abril.

Saldremos de nuevo con la luna llena del 5 de junio. 

Ojalá nos veamos ahí.

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